lunes, 16 de julio de 2007

RESPONSABILIDAD SOCIAL EN EL ESTUDIANTE UNIVERSITARIO

La formación y el desarrollo de valores, principalmente la responsabilidad en la universidad constituye un objetivo esencial en la educación guayaquileña. A ella se dedica atención especial en los diferentes niveles de enseñanza a través de la concepción e instrumentación de proyectos educativos en los que el profesor ocupa un papel rector en el sistema de influencias que propician la formación y desarrollo de valores en los estudiantes universitarios y estudiantes a nivel general. Se debe realizar un convenio con la Asociación de Estudiantes como primer punto, para a través de ellos poder llevar a cabo los reglamentos y derechos de los estudiantes de la Universidad, conforme a lo que establece el reglamento, especificando un trabajo que aborde básicamente, tres puntos:

1. Trayectoria y desempeño del estudiante tanto al nivel de notas y de conducta.
2. La administración de recursos (salas de video, en donde se pueda enfocar diferentes temas, principalmente los valores)
3. Eficacia y desempeño de la administración universitaria local.

En base a esto, debemos reconocer que la problemática interna de todo estudiante nace desde su hogar y se orienta a través de las instituciones educativas, es consecuencia de las decisiones y manipulación externa y superior, no podemos culpar de manera directa y absoluta a alguien.

Al ser la responsabilidad del alumno, la función primaria de la Universidad, su perspectiva y papel que éste juegue, son indispensables para su desarrollo, no podemos tomar decisiones sobre ella sin consultar su voz o excluyéndole.

Teniendo en cuenta que las concepciones pedagógicas actuales abogan por un carácter participativo de la enseñanza, donde el estudiante sume un papel cada vez más protagónico en la conducción de su aprendizaje y donde el profesor deja de ser la figura autoritaria que impone el conocimiento y decide qué y cómo aprender, se ha hecho muy común en los últimos años escucha la expresión: “el profesor es un facilitador del aprendizaje”. Sin embargo no todos los que utilizan esta expresión queriendo significar con ella el papel orientador, flexible, que asume el profesor en la dirección del proceso enseñanza-aprendizaje, están conscientes que su utilización implica un compromiso con una determinada concepción de enseñanza y aprendizaje: la Pedagogía no directiva.

La Psicología humanista se autotitula: “tercera fuerza” en la Psicología, en tanto trata de explicar el desarrollo humano desde una óptica diferente, buscando la conciliación entre los factores biológicos y sociales en el desarrollo del ser humano. De esta manera si bien consideran que el hombre tiene desde su nacimiento en potencia las fuerzas que determinan su desarrollo, éstas sólo se manifiestan si existen condiciones sociales favorables para su expresión.

De esta manera el medio social es concebido como el escenario que facilita o entorpece las tendencias internas del desarrollo humano. Para Rogers la lógica del desarrollo humano se expresa de la siguiente forma: “Si la tendencia innata a realizar las potencialidades humanas se manifiesta en un clima social de aceptación y respeto, la persona encontrará las posibilidades de expresarse libremente y logrará encontrar el camino hacia el funcionamiento pleno del ser humano: la autodeterminación”.

La concepción humanista del desarrollo se expresa en la Pedagogía no directiva en el reconocimiento de la capacidad de autodeterminación del estudiante, quien posee en potencia la competencia necesaria para lograr su desarrollo y en la concepción del profesor como facilitador del aprendizaje, en tanto su función en la enseñanza es propiciar las condiciones para la libre expresión de las potencialidades del estudiante.

Así en la Pedagogía no directiva enseñar significa permitir que el estudiante aprenda, es decir propiciar las condiciones para la expresión de sus potencialidades innatas en un clima afectivo favorable de comprensión, aceptación y respeto. Tendríamos entonces que preguntar a todos aquellos que utilizan indiscriminadamente la expresión “el profesor es un facilitador del aprendizaje” si están de acuerdo con esta concepción.

Para lo que asumimos una concepción materialista dialéctica e histórico-social del desarrollo humano se expresa en la concepción denominada “Enfoque histórico-cultural” fundada por L.S. Vigotsky (1987).

En virtud de esa concepción es posible explicar la participación de los factores biológicos y sociales en el desarrollo humano, sólo parcialmente comprensibles en las concepciones psicoanalítica, conductista y humanista.

El desarrollo humano en el Enfoque Histórico-Cultural es explicado a partir de la integración dialéctico de los factores internos (biológicos y psicológicos) y externos (sociales) del desarrollo en el proceso de la actividad.

El ser humano es un ser social en tanto deviene personalidad en el proceso de interacción con otros seres humanos, en un medio socio-histórico concreto, esto quiere decir que el ser humano nace con potencialidades biológicas y psicológicas primarias solamente desarrollables en un proceso de interacción social en el que tiene lugar, a partir de la combinación peculiar e irrepetible de las condiciones internas y externas del desarrollo, la formación de particularidades psicológicas complejas que posibilitan la autorregulación de su actuación y, por tanto, el poder alcanzar la condición de sujeto de su actividad.

A diferencia del Psicoanálisis y de la Psicología humanista que consideran el desarrollo humano determinado desde el interior del individuo por fuerzas biológicas e inconscientes y, por lo tanto, inferiores como diría el Psicoanálisis o de origen biológico pero de extensión conciente y, por lo tanto, superiores, como dría la Psicología humanista y donde el medio social es sólo el escenario que facilita o entorpece la expresión de las fuerzas internas, para el Enfoque Histórico-Cultural, el ser humano es una unidad dialéctica de los factores internos y externos del desarrollo en el proceso de la actividad, lo que implica que la personalidad, como la forma más compleja de la expresión del ser humano, se forma y se desarrolla en el proceso de interacción social.

En el origen pedagógico asumir esta concepción implica entender que la educación y, en particular, la escuela y el profesor, tienen un papel rector en el sistema de influencias sociales que estimulan la formación y desallorro de la personalidad de estudiante, por tanto, la función del profesor no puede ser la de facilitar la simple expresión de las potencialidades “que trae” el estudiante, sino la de diseñar situaciones de aprendizaje que planteen retos al estudiante, en condiciones de interacción social, puedan formar y desarrollar las potencialidades que le permitan alcanzar la condición de sujetos de su actuación.

El profesor por su formación profesional es la persona capaz de conducir, guiar científicamente el proceso de aprendizaje del estudiante hacia niveles superiores de desarrollo en la medida que cree los espacios de aprendizaje que propician la formación de niveles cualitativamente superiores de actuación del estudiante. En esta concepción el profesor no es un facilitador sino un orientador del aprendizaje.

En el enfoque Histórico-Cultural permite comprender la necesaria unidad dialéctica entre la directividad y la no directividad del proceso de enseñanza-aprendizaje, a su vez reconoce la importancia de desarrollar la independencia y autonomía del estudiante en el proceso de su aprendizaje bajo la orientación del profesor, quien lo guía al plantearle tareas que estimulen la construcción de conocimientos, habilidades y motivos de actuación y lo conducen a su desarrollo personal.

Qué diferencia existe entonces entre un profesor facilitador y un profesor orientador en la educación de valores en sus estudiantes? Mientras que el profesor facilitador debe esperar a que cada estudiante sienta la necesidad de manifestar sus valores para crear la condiciones que favorezcan su expresión y aceptar que cada estudiante es potencialmente diferente y, por tanto, manifiesta en diferentes momentos y de diferente forma esta necesidad, por lo que requiere de una atención absolutamente personalizada, el profesor orientador diseña las situaciones de aprendizaje que estimulan la formación y desarrollo de valores como reguladores de la actuación de estudiante, en condiciones de interacción social. Ello implica diseñar tareas de aprendizaje que propicien la reflexión del estudiante en torno a la importancia de los valores que se pretenden formar para su vida personal y profesional, tareas que los estimulen a asumir una posición activa, flexible y perseverante en la expresión de sus valores como reguladores de su actuación en un clima de participación democrática sustentada en la aceptación, la confianza y el respeto a la diversidad de opiniones y en el que el profesor es una autoridad no impuesta sino ganada por su ejemplaridad y condición de modelo educativo. Un ejemplo de situación de aprendizaje que propicia la formación y desarrollo del valor responsabilidad en el estudiante universitario, en la que el profesor asume una posición orientadora del aprendizaje, es la siguiente:

Ante la situación política y social que juega nuestro país en estos momentos, se debe identificar las problemáticas específicas de lo estudiantes universitarios. Actualmente el estudiante ha perdido su carácter individual para formar parte de una comunidad fragmentada. El estudiante pierde su personalidad propia para adecuarse a las ideas de un grupo y pertenecer a él. Un estudiante, de forma particular, ha perdido su representatividad; para ser escuchado necesita ser parte de un grupo que le de respaldo. Ante tal hecho, el alumno abandona sus propias convicciones para defender otras, quizá parecidas a las suyas, quizá no; sin embargo, es la única forma de participar.

Los grandes grupos de la universidad al atender el bajo nivel académico de la universidad, llegan a la conclusión única de culpar a los órganos de gobierno; yo matizaría esa opinión y voltearía a ver dentro de su aula, reconozco que juegan un papel importante.

Cuando un alumno de rendimiento escolar bajo o regular le preguntamos a que factores responsabiliza sus resultados, durante un sondeo, encontramos como principales constantes: los profesores, los planes de estudio, la familia, la economía y las amistades.

Cabe señalar que durante esta muestra englobamos respuestas como: “la clase es muy aburrida” o “se enseñan cosas que nunca voy a ocupar”, dentro de los planes de estudio. Cuando el alumno culpo a sus profesores de su bajo rendimiento escolar, en la mayoría de los casos, se trataba de profesores muy estrictos.

En primer lugar, recordaremos los tres objetivos principales de la Universidad: docencia, investigación y difusión de la cultura. Bajo estos y por estos tres fines, trabaja toda la Universidad. El colegio, tiene la finalidad de impartir una formación integral para poder acceder a estudios superiores, con una actitud analítica y crítica. De esta manera podemos decir que el colegio le brinda educación –en todos los ámbitos- para fomentar el juicio libre y responsable. También retomemos el Congreso Nacional del Bachillerato, que a pesar de su antigüedad, después de analizarlo, aún sigue vigente; este Congreso añade a los fines del Bachillerato, el de brindar una educación que ayude al estudiante a comprender la sociedad den su tiempo.

Actualmente, en la crisis de valores que vivimos, se ha hecho evidente la fuerte deserción escolar que se vive, no sólo en nuestros colegios, sino a nivel nacional. Ante esto el alumno responsabiliza a sus maestros y a los planes de estudio. No podemos decir que un maestro sea malo o no, puesto que no existiría objetividad en este juicio, por más que se desee evaluar a los académicos por medio del CAD, no es posible; por esta razón no empezaré a cuestionar la calidad de los maestros (que por lo que nosotros hemos vivido, es regular) y su derecho a la libre cátedra. Sin embargo los planes y metodologías si lo son.
El Bachillerato está obligado a brindar una educación de calidad e integral, sin importar las aspiraciones profesionales del estudiante. Irá encaminado a preparar al estudiante para la universidad; sin embargo deberá conocer algo, poco o mucho a cerca de otras disciplinas. Esto es, sin lugar a dudas, indispensable; pero esta educación deberá estar orientada a que el alumno comprenda a su sociedad y que conozca prácticas que lo ayuden durante toda su vida.

Por esta razón consideramos justa una revisión integral de los planes de estudio, y no sólo eso, sino que realice una revisión periódica; recordando que se debe dar, dicha revisión, en un lapso largo de tiempo que deje observar todos los pros y contras de cada plan. Dicha acción sería para quitar cosas que el alumno, que se dirige quizás a un área que contraste totalmente con todas sus materias, no tenga dificultades mayúsculas durante el colegio, dificultades que solamente lo retracen en su desarrollo como persona y profesionista; pero que obtenga conocimientos básicos que lo ayuden durante toda su vida, en diversas situaciones. Para ser más precisos, brindar conocimientos para su vida práctica.

Cabe mencionar que muchas cosas del sistema están bien, y las debemos reconocer; pero si con unos pequeños cambios, aseguramos el correcto y superior funcionamiento que deseamos, tenemos que realizar estos cambios ahora. Una queja que debemos escuchar, muy declarada por los académicos y algunos alumnos, es la deficiencia de algunas instalaciones; sin embargo, este aspecto no tendrá relevancia durante un congreso, por ser responsabilidad de las autoridades.

Se mencionó la existencia de cinco factores constantes, de los cuales, hemos profundizado dos –los internos-; que son los que podríamos resolver por medio de grandes reformas a todo el sistema. Mediante estos arreglos, podríamos obtener los resultados deseados; sin embargo vamos a voltear a observar los procesos de selección para ingresar al Colegio.

Nosotros señalamos como culpables del bajo aprovechamiento de los alumnos y del gran desprestigio de algunas universidades y colegios a los procesos de selección.

Otro aspecto que debemos tomar en cuenta es el nivel de permanencia de un alumno dentro de la universidad, y más específicamente, dentro del colegio. No podemos permitir que se gaste dinero en la educación de alumnos que no la aprovechan, que únicamente hacen perder el tiempo a sus maestros y compañeros.

Respecto a los problemas económicos que tiene el alumno, queremos señalar que los principales gastos que tiene el alumno son el transporte, materiales y libros. La Universidad sabe administrar sus recursos. Contamos con una biblioteca, instalaciones deportivas, laboratorios, salas de conferencia, auditorio, consultorio médico y salas de cómputo, además de otros recursos.

Aquí queremos resaltar, la gran injusticia en el reparto de becas; no podemos tolerar ni permitir que se otorguen apoyos económicos a personas que no los necesitan, que se encuentran económicamente estables. Muchos jóvenes se encuentran en una situación difícil y no pueden continuar sus estudios por razones económicas, y nosotros dejamos que se regalen apoyos a personas que no lo necesitan, es intolerable.

Estatuto de la Universidad Católica relacionado con la responsabilidad social del estudiante:
“Los estudiantes de la Universidad Católica, por calidad de tales, tienen el derecho y deber de participar en los respectivos organismos estudiantiles que fijen los reglamentos y, a través de ellos, participar en los actos decisorios de la Universidad, según lo previene este Estatuto. Igualmente, los estudiantes matriculados tienen el derecho y la obligación de votar en las elecciones que se convoquen para la designación de directivos o Representantes Estudiantiles, cumpliendo los requisitos que indiquen los reglamentos”

Si relacionamos este estatuto universitario con la responsabilidad social, podemos darnos cuenta de que la universidad siente que es necesaria y obligatoria la participación de los estudiantes en las decisiones que se toman en torno a un sistema, que vendría a ser la universidad en sí. No se pueden pasar por alto las necesidades del estudiante y es por esto que este debe estar interesado en su bienestar, siendo responsable con su participación dentro de la Universidad.

INTRODUCCIÓN
De los actos que el hombre ejecuta hemos separado aquellos sobre los que ejerce un control. Hemos fijado el punto de control sobre los que ejerce el consentimiento de la voluntad, preparada para ello por la deliberación del intelecto. Si el consentimiento puede ser puesto del uno o del otro lado de una alternativa, esto es, a favor o en contra, entonces la persona misma es causa de su propia decisión y es responsable, por consiguiente, del acto elegido. No hay otra razón alguna de que dicho acto fuera ejecutado en lugar de no serlo, excepto que el individuo mismo, por elección de su voluntad bajo la luz guiadora de su intelecto, hizo que el acto fuera. El acto es suyo, pues, en la medida en que él lo hizo.

¿Es el individuo igualmente responsable por todos sus actos humanos? No todos los conocimientos son igualmente claros ni consiente la voluntad con igual decisión. Lo que proviene de la voluntad podrá estar relacionado de cerca o de lejos con el acto voluntario mismo y participará en su voluntariedad en grados diversos. Por consiguiente, hemos de ver los factores que refuerzan o limitan la responsabilidad del individuo aumentando o reduciendo su control, haciendo al acto más o menos humano, más o menos suyo.

Únicamente la persona que realiza un acto voluntaria y deliberadamente puede ser responsable del mismo. En este sentido, nadie puede ser responsable de los actos de otra persona. Pero todo el mundo es responsable de sus propios actos en la medida en que, sabiéndolo y queriéndolo, se propone o permite que afecten a otra persona como incentivos para bien o para mal. Las formas en que podemos ayudar a nuestros compañeros son tan numerosas que sería imposible mencionarlas. Pero sería indicado considerar aquí, puesto que acabamos de examinar el principio del doble efecto, dos formas en que debemos tratar de evitar perjudicar moralmente a otras personas, y en qué medida esto resulta posible.

Cabe dejar claro que existen ciertos modificadores de responsabilidad; la ignorancia, que afecta el conocimiento; la pasión, que afecta el consentimiento de la voluntad, el miedo, que opone a la voluntad un deseo contrario; la fuerza, que es un empleo real de compulsión; el hábito, que es una tendencia adquirida por repetición.

La Responsabilidad Social Universitaria es un nuevo paradigma y como tal no está aun claramente definida y comprendida. Desde hace años se ha hablado e investigado acerca de la Responsabilidad Social Empresarial pero poco se ha hecho en el campo de las actividades universitarias. Con este Diálogo se pretendía dar unos primeros pasos hacia una mejor comprensión de lo que es la RSU y lo que ello implica para las Universidades. Igualmente se quiso abordar el tema no desde un marco puramente teórico sino incluir experiencias propias de universidades a fin de que la discusión fuera eminentemente pragmática.

JUSTIFICACIÓN

En este primer apartado queremos comenzar manifestando los motivos que nos han motivado a la realización del presente tema “responsabilidad social en el estudiante universitario”.

En este trabajo de tutoría nosotros hemos realizado nuestro mayor esfuerzo por encontrar el concepto claro y real de responsabilidad social, a partir de nuestra constante investigación queremos transmitir a los demás lo que hemos aprendido en este corto tiempo que hemos estado analizando ciertos temas que nos lleven a una conclusión concreta del concepto de responsabilidad social en el estudiante universitario.

Como todos sabemos, porque lo hemos vivido, muchas veces somos tan cómodos que preferimos culpar a nuestros maestros o autoridades (“yo si estudié, pero el profesor me ha calificado mal”, “el profesor no explica bien”). Cómo podemos exigir a nuestros profesores una educación de calidad, cuando estamos esperando la mínima oportunidad para no asistir a clases, cuando llegamos atrasados, cuando no presentamos deberes. Para empezar a exigir algo, primero debemos aportar con nuestro esfuerzo, caso contrario esto nunca sucederá.

Esta es una de las principales razones que nos llevaron a realizar esta investigación y es por esto que hemos analizado mucho este tema y todos pensamos que nosotros como jóvenes somos la única esperanza del futuro, que si empezamos desde hoy a reflexionar la actual situación del mundo, podremos empezar desde ya, a cambiar el método de enseñanza para que hayan jóvenes más críticos, creativos, responsables.

Nosotros como estudiantes de jurisprudencia, debemos, no sólo sabernos todas las leyes del país, para poder ser unos excelentes abogados o doctores, sino también debemos cultivar los valores que nos enseñaron en casa, para no solamente tener muchos conocimientos sino también mucha ética y moral, que cómo vemos es lo que más les falta a los abogados actuales, que por dinero son capaces de defender a asesinos, que saben, que merecen estar en la cárcel por el resto de su vida.

A lo largo de las siguientes páginas tratamos de reflejar cómo los estudiantes, muchas veces buscamos una serie excusas para no cumplir con nuestras obligaciones y no nos damos cuenta de que los únicos perjudicados somos nosotros mismos, pero también debemos reconocer que existen jóvenes que son muy consientes y están permanentemente buscando un cambio. Lo que debemos hacer es contagiarnos del entusiasmo y optimismo de aquellos jóvenes, que desde ahora están tomando consciencia, pero que solos no podrán lograr un cambio, pero si nos unimos todos, lograremos el cambio tan deseado.

CONCLUSIONES

Ø Como se mencionó con anterioridad, non podemos culpar de todos nuestros errores a las autoridades o profesores; sin embargo, juegan un papel muy importante dentro de todas las decisiones que se toman en todos lo ámbitos, y como también se había mencionado, logran inmiscuirse y manipular toda la vida universitaria.

Ø Todos los seres humanos, debemos de tener en cuenta que cada uno de los pasos que damos tiene una repercusión, en la sociedad en la que operamos, incorporando como parte de su accionar una conciencia colectiva que involucra su propio equipo de trabajo como a sus congéneres en general.

Ø Ser socialmente responsable, no significa solamente cumplir plenamente con las obligaciones jurídicas, sino también ir más allá de su cumplimiento invirtiendo más en el capital humano, en su entorno y las relaciones con sus interlocutores.

Ø Los estudiantes también somos responsables de la situación que estamos viviendo, ya que somos muy pocos los que realmente hemos tomado consciencia y hemos empezado a cambiar de actitud, para así poder lograr una mayor eficiencia en nuestro aprendizaje.

Ø Debemos exigir un mejor trabajo, y buscar que se dé un acercamiento entre las autoridades y la realidad de las dependencias que están a su cargo, sabemos que esto ya se da, pero no me refiero al acercamiento, a la infraestructura, sino al acercamiento con la comunidad para detenerse a escuchar sus quejas y sugerencias.

Ø Los estudiantes, además de memorizar y aprender todos los conceptos que nos enseñan, también debemos aprender a ser personas críticas, además debemos poner en práctica nuestros valores, porque el país con lo que más cuenta es con profesionales excelentes pero muy corruptos, que aportan para el mal y lo que necesita con urgencia es profesionales concientes, capaces de combinar su moral con su profesionalismo y así ayudar a salir de esta crítica situación en la que nos encontramos ahogados.

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