lunes, 16 de julio de 2007

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA

INTRODUCCIÓN

José Saramago, ganador de Premio Nobel de literatura en 1988, escribió “Ensayo sobre la ceguera”, en el cual se narra la historia de una ceguera blanca, la cual se da en un país y en una época cualquiera.

Esto provoca que aquellas personas vivan en condiciones infrahumanas, actúen por instinto más que por razón y luchen por sobrevivir, a costa de lo que sea.

Esta novela encierra una metáfora a cerca de la vida actual, en la cual la mayoría de los seres humanos estamos cegados ante las injusticias, el dolor ajeno, vivimos tan de prisa que se nos olvida que existen personas a nuestro lado que nos necesitan, vamos por la vida actuando impulsivamente y cuando herimos a alguien, nos damos cuenta de que cometimos un error y nos cuesta mucho asumir las consecuencias.

Aquella ceguera, como cualquier otra trae consigo miedo, soledad, desesperación, además una privación de su libertad, ya que se encuentran encerrados en cuatro paredes y no pueden hacer nada por sí mismos son como niños pequeños que dependen de los demás para todo.

Existe mucho caos, tanto internamente como externamente, ya que todo está sucio, viven como animales, además todas las personas se han quedado ciegas y el gobierno ha dejado de existir, nadie quiere ponerse al frente de un país de ciegos, todos luchan por sobrevivir.
“Hay novelas que después de leídas continuarán iluminando túneles en la conciencia, abriendo puertas de habitaciones a las que no nos habíamos asomado pese a estar dentro de nosotros” (José Saramago)

Solo el amor puede vencer a la ceguera

La Ceguera no es otra cosa más que una gran oscuridad, que viene acompañada de muchos sentimientos: soledad, miedo, desesperación.

“Y la gente, cómo va, preguntó la chica de las gafas oscuras, Van como fantasmas, ser fantasma debe ser algo así, tener la certeza de que la vida existe, porque cuatro sentidos te lo dicen, y no poder verla”.

Para ellos estar ciego era estar muerto, ya que no podían hacer casi nada por sí mismos, además su vida se había reducido a un simple manicomio y a estar la mayoría de los días con el estómago vacío, es por esto que pensaban que ya nada tenía sentido, especialmente porque creían que nunca más volverían a ver.

“Pero lo que pienso es que estamos ya muertos, estamos ciegos porque estamos muertos, o, si prefieres que te lo diga de otra manera, estamos muertos porque estamos ciegos, da lo mismo”.

Aquellas personas, de un momento a otro, tuvieron que acostumbrarse a su nueva vida, en la cual se los privaba de muchas cosas y donde su dignidad ya no existía, vivían en medio de la barbarie, ya que los tenían encerrados, actuaban por instinto, más que por la razón.
“Luego, cuando pensó que no había nadie, volvió a bajárselos, demasiado tarde, estaba sucio, sucio como no recordaba haberlo estado nunca en su vida. Hay muchas maneras de convertirse en un animal pensó, y ésta es sólo la primera”.

Vivían en condiciones infrahumanas, en medio de la suciedad, ya que no había agua y los ciegos hacían sus necesidades básicas en cualquier parte del manicomio, además sus cuerpos estaban llenos de sudor.

“No era solo el olor fétido que llegaba de las letrinas en vaharadas, en exhalaciones que daban ganas de vomitar, era también el hedor acumulado de doscientas cincuenta personas, cuyos cuerpos, macerados en su propio sudor, no podía ni sabrían lavarse, que vestían ropas cada día más inmundas, que dormían en camas donde no era raro que hubiera deyecciones”

No contaban con los servicios básicos y una pequeña herida o enfermedad era algo muy grave, ya que ninguna persona del mundo exterior estaba dispuesta a ayudarlos llevándoles medicinas.

“El menor accidente, en estas condiciones, puede convertirse en una tragedia, probablemente eso es lo que ellos están esperando, que acabemos aquí uno tras otro, muerto el perro, se acabó la rabia”.

Para ellos, estar ciego es dejar de ser libre, no solamente porque no pueden moverse con la libertad de antes y porque tienen que depender de otras personas para sobrevivir, sino también, porque se encuentran encerrados en un manicomio, lleno de personas desconocidas y de donde es imposible salir, ya que se encuentran vigilados por guardias.

“En aquel mismo instante, un guardián les gritó desde el portón, tengo orden de disparar, y luego, en el mismo tono, apuntando el arma, Sargento, ahí aquí unos tipos que quieren salir, No queremos salir, negó el médico, Pues le aconsejó que realmente no lo quieran, dijo el sargento”.

Se convierten en personas individualistas, en donde lo más importante es la vida de cada quien y en donde la muerte se vuelve parte de la cotidianeidad.

“Dominando, sólo Dios sabe cómo, el miedo legítimo que sentían, avanzaron hasta el umbral de la puerta y vaciaron sus cargadores. Empezaron los ciegos a caer unos sobre otros, y al caer seguían recibiendo en el cuerpo balas que ya eran un puro despilfarro de munición, fue todo tan increíblemente lento, un cuerpo, otro cuerpo, que parecía que nunca acabarían de caer, como se ve a veces en las películas y en la televisión”.

Aquella ceguera rompe todos los esquemas o normas que normalmente tienen establecidas los seres humanos. El orden que generalmente debe estar presente en una sociedad no existe. Aquellas cosas materiales, que muchas veces son importantes en la vida cotidiana de las personas, pasan a un segundo plano y lo único por lo que se lucha es por sobrevivir.

A pesar de todo esto, como en todo lugar, un grupo de ciegos se robaba la comida y a cambio pedía cosas de valor o a las mujeres.

“De aquí en adelante la comida se vende, y quien se acerque las va a pagar, de aquí en adelante la comida se vende, y quien quiera comer tendrá que aflojar los cuartos”.

“Las iban llevando a las camas, las desnudaban a tirones, en seguida se oyeron los llantos acostumbrados, las súplicas, las voces implorantes, pero las respuestas, cuando las había, no variaban, Si quieres comer, tienes que abrir las piernas”

Esto fue lo que provocó que la mujer del médico actuara por instinto y llegara a asesinar a una persona.

“Despacio, la mujer del médico se aproximó, dio la vuelta a la cama y se colocó detrás de él. La ciega continuaba su trabajo. La mano levantó lentamente las tijeras, las hojas un poco separadas para penetrar como dos puñales. En aquel momento, el último, el ciego pareció notar una presencia inesperada, pero el orgasmo lo alejaba del mundo de las sensaciones comunes, lo privaba de reflejos, No llegarás a gozar, pensó la mujer del médico, y bajó violentamente el brazo. Las tijeras se enterraron con toda la fuerza en la garganta del ciego, girando sobre sí mismas lucharon contra los cartílagos y los tejidos membranosos, luego, furiosamente siguieron penetrando hasta ser detenidas por las vértebras cervicales”

El gran caos que se da en la sociedad hace que desaparezcan las clases sociales, ya que inclusive las personas más importantes del país fueron víctimas de esta ceguera blanca, la única persona que veía era la mujer del médico, quien cumple el papel de la esperanza, la luz en medio de la oscuridad.

“No hay agua, no hay electricidad, no hay abastecimientos ningún tipo, estamos en el caos, el caos auténtico, tiene que ser esto, Habrá un gobierno, dijo el primer ciego, Pero en caso de que lo haya será un gobierno de ciegos gobernando a ciegos, es decir la nada pretendiendo organizar la nada, Entonces, no hay futuro, dijo el viejo de la venda negra, No se si habrá futuro, de lo que ahora se trata es de cómo vamos a vivir este presente, Sin futuro el presente no sirve para nada, es como si no existiese”

“Volvemos a la horda primitiva, dijo el viejo de la venda negra, Con la diferencia de que no somos unos cuantos millares de hombres y mujeres en una naturaleza inmensa e intacta, y sí millares de millones en un mundo descarnado y consumido, Y ciego, añadió la mujer del médico”.

“Todo el sistema bancario se vino abajo en un soplo”.

Actualmente existe una ceguera colectiva, ya que los sentimientos que reinan en nuestra sociedad son la envidia, el egoísmo, el individualismo, entre otros hacen que muchas veces nos alejemos del resto de personas y actuemos por instinto, hacemos o decimos cosas, sin medir las consecuencias y luego nos arrepentimos.

Lo que el mundo necesita es que sea el amor quien gobierne, ya que es el único sentimiento que pese a las adversidades siempre está ahí. La persona que mantiene la calma, el valor y la fuerza en las desgracias es porque tiene en su corazón a este gran sentimiento.

Un claro ejemplo de esto, es que pese a todo lo que tuvieron que pasar, la mujer del médico nunca abandonó a su marido, la mujer de las gafas oscuras se enamoró o por lo menos llegó a sentir algo especial por el viejo del parche en el ojo.

Solamente cuando se acabe esta ceguera colectiva, dejarán de existir muchas cosas innecesarias como las guerras que se dan entre países, en las cuales muere gente inocente. Los jóvenes son quienes deben empezar a mirar desde otro punto de vista para cambiar este mundo que al igual que el de Ensayo sobre la ceguera, se está pudriendo, sólo ellos pueden lograr un cambio para una vida mejor en donde exista paz y desaparezcan todos esos sentimientos negativos que gobiernan actualmente.

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